Unos se van y otros vienen. Este curso, fcom acoge a 18 jóvenes de diferentes nacionalidades (alemanes, estadounidenses, peruanos, italianos, colombianos, argentinos, franceses, croatas y polacos), que asisten desde hace más de dos meses a clases de la Facultad. Frente a los 5 del curso pasado, este 2011-2012 solo se quedarán en fcom 2 hasta mayo, es decir, harán un intercambio de curso completo. Para relevar a los demás, que vuelven a casa en Navidad, fcom ya ha recibido hasta la fecha 22 solicitudes de intercambio para el segundo cuatrimestre.

Maryla, una estudiante polaca en fcom. Fotos: L.A.
Muchos de los que vienen a fcom no tienen conocimientos de español suficientes para seguir las clases. Quizá por esa razón las asignaturas más elegidas por los estudiantes extranjeros son las impartidas en inglés, como por ejemplo Inglés para Periodismo y Publicidad o European Cinema. Comunicación Multimedia, asignatura de primer curso impartida por el profesor José Luis Orhiuela en castellano también tiene muchos adeptos internacionales por el peso práctico de la materia. También hay alumnos extranjeros en Estructura y Mercados de la Comunicación, Negocios audiovisuales y Nuevos Medios Publicitarios.
Lucia y Jasmin (Alemania) : “Todos te dicen que no saben inglés”
Lucia y Jasmin aterrizaron en la Univesidad de Navarra “un poco de rebote”. Estudiantes de Publicidad y de un Máster en Márketing, respectivamente, ambas eligieron España como destino sin saber muy bien en qué zona les tocaría la universidad. Ahora se alegran de haber acabado en fcom. “La idea de que los españoles del norte son cerrados y fríos no es cierta, y, además, esta Universidad nos permite estudiar muchas asignaturas en inglés. No sé si me hubiesen ofertado algo así en la de Sevilla”, asegura Lucia.
Son bastantes las cosas que sorprendieron a estas estudiantes alemanas cuando llegaron a la capital navarra. Entre ellas están el tiempo (“nunca sabíamos que ropa ponernos, hace frío y calor el mismo día”), el elevado precio de la comida y la ropa, que es “muchísimo más cara aquí; cuando volvamos a Alemania nos va a parecer todo baratísimo” o los “extraños” horarios nocturnos de los españoles: “Salís de casa cuando nosotros volvemos, no se nos hace nada fácil aguantar hasta las tantas de la madrugada. Es de locos”. Pero, sobre todo, les impresiona la generalizada falta de conocimientos de inglés: “Todos dicen que no saben inglés, y cuando por fin te hablan tienen un acento muy raro”.
En lo mejor de Pamplona, las alemanas también coinciden. “Los pinchos y el buen café que aquí puedes encontrar en cualquier sitio, no como en Alemania, que hay que buscarlo”. Lucia vive con otras dos chicas que están haciendo Erasmus. Jasmin, en cambio, con dos españolas. Una de ellas no sabe inglés. “Pero nos arreglamos como podemos”, asegura la alemana.
Madgalena y Maryla (Polonia): “En las clases no nos enteramos de mucho”
En Lublin, el otoño comienza antes que en Pamplona. Al menos este año. Magdalena y Maryla no esperaban poder vestir camiseta de manga corta en octubre, comer helado con el suelo lleno de hojas y tomar el sol en el mes de las castañas. Las estudiantes polacas llegaron a la ciudad hace casi dos meses, cubiertas de maletas y dispuestas a estudiar el primer cuatrimestre de su último año en Periodismo y Ciencias Sociales.

Madgalena, en la explanada de fcom.
El catalán fue la razón que disuadió a las estudiantes de la Universidad Católica de Lublin de estudiar en la Universidad Internacional de Cataluña. Se decidieron por la de Navarra para poder prácticar su incipiente español. Quizá por eso han sido más atrevidas que las alemanas a la hora de escoger las asignaturas. Todas en castellano (Antropología, Comunicación de Moda, Teoría de la Publicidad, Gramática Española), menos una (Communication Skills for Journalist). Es una apuesta arriesgada: “En realidad no entendemos mucho de las clases. Estamos sentadas, como monigotes, tratando de averiguar cuál es el tema de la clase”, asegura Maryla entre risas.
Respecto a las rarezas de su nueva ciudad, una vez más, lo que más les ha sorprendido a las estudiantes extranjeras han sido las costumbres nocturnas de los navarros. “En Polonia no nos echamos a dormir tan pronto como los alemanes, pero a las 4 de la madrugada ya es hora de volver a casa”, explica Magdalena. Una de las cosas que les han sorprendido gratamente es la combinación de horarios de asignaturas prácticas y teóricas. En Lublin, Maryla y Madgalena tenían separadas estas clases en días distintos de la semana.Y aunque pueda parecer lo contrario, Maryla afirma que “es mucho más cómodo hacer las prácticas y la teoría seguidas el mismo día, porque te acuerdas mejor de lo que tienes que hacer”.
Las estudiantes polacas tienen 22 años, la misma que la mayoría de los alumnos de fcom tendrá en su último año de carrera. Lucía y Jasmin, sin embargo, tienen tres años más y no están acostumbradas a ser las más mayores de su curso. “Cuando dices que tienes 25 años te miran extrañados y exclaman: ‘¡Tantos!’ En mi universidad sería lo más normal”, explica Jasmin. Esto es debido a que, además de terminar la enseñanza secundaria un año más tarde que en España, los jóvenes alemanes tienen la costumbre de hacer un año de voluntariado antes de entrar en la universidad.
En lo que sí coinciden las chicas de ambos países es en que “estudiar en fcom es como volver al colegio”. “Es horrible tener que hacer deberes como si tuvieras aún 17 años. Después de 6 años en la universidad pensando solo en los exámenes finales ahora ya casi no tenemos tiempo libre. Tampoco creo que así se aprenda más”, explica Jasmin mientras las demás asienten convencidas.
Thalía (Perú): “Me estoy acostumbrando a comer tanta tortilla y pan”
Thalía es alumna de cuarto año de Comunicación en la Universidad de Piura. “Allí nos preparan con una visión general de la carrera, nos enseñan un poco de cada especialidad, pero a mí me interesa el área de Márketing y Publicidad”. Junto con otros 9 alumnos de su Facultad, Thalía tuvo la oportunidad de elegir entre los siguientes países: Argentina, España, Uruguay, Chile y Colombia. “Elegí la Universidad de Navarra porque, dentro de todas las universidades, era la que me ofrecía una experiencia de intercambio más completa y diferente”, explica la estudiante de Piura.

Thalía, junto al logotipo del cincuenta aniversario de fcom
La joven peruana tiene una gran ventaja frente a Lucía, Jasmin, Magdalena y Maryla: el idioma. Ella no se siente “como un monigote” en las clases. De hecho, este semestre, se ha matriculado en cinco asignaturas: Márketing Especializado, Márketing Promocional, Diseño Publicitario, Estructura y Mercados de la Comunicación y Ética. Las eligió porque son las que tienen que ver con el Márketing, la rama favorita de su carrera. “Creo que no hay nada mejor que dedicarte un año a estudiar las asignaturas que más te gustan”, asegura convencida.
Lo que más le llama la atención a Thalía de la capital navarra son “el tiempo y la organización de la ciudad”. En su lugar de origen es verano todo el año, siempre hace sol y calor. Estos días Thalía está conociendo por primera vez en su vida un otoño con hojas secas, lluvia, frío y viento. Pero, al menos de momento, no le está convenciendo: “Lo que menos me gusta de Pamplona es el clima”, confiesa.
Al igual que muchos extranjeros que pululan por fcom, Thalía ha tenido que acostumbrarse “a comer tortilla y pan en todo momento”. Y no parece tan entusiasmada con los pinchos como las demás estudiantes de intercambio: “He sacrificado muchos antojos peruanos. Aun así, creo que es parte de la experiencia probar cosas nuevas y diferentes”. Pero también encuentra cosas positivas. En su ciudad natal no estaba acostumbrada a caminar, por eso, de Pamplona le encanta que esté todo tan cerca. “He aprendido a disfrutar las caminatas, sobre todo porque la ciudad tiene muchos parques y rincones interesantes para conocer”.
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